El alojamiento es de las claves para convencer a los profesionales digitales y hacer que se establezcan en nuestro destino. Los servicios inmobiliarios, como los fiscales y administrativos son fundamentales ya que los profesionales digitales no conocen ni el destino, ni las normativas, ni las leyes del lugar. Mostrarles las posibilidades fiscales, ayudarles a nivel administrativo, es muy importante ya que, además, algunos no hablen aún la lengua.
Igualmente, el asesoramiento inmobiliario es determinante. Establecerse en un pueblo u otro, en una provincia o la contigua puede depender de ello.
Ayuda para descubrir el destino.
Andalucía y Canarias, en España, Finlandia, Canadá, Portugal, Australia, son territorios grandes, archipiélagos con muchas islas (Canarias, Azores, Grecia…), espacios inmensos y desconocidos para las personas que están pensando en cambiar de residencia. Es necesario que los destinos se posicionen, creando políticas para mostrar la oferta inmobiliaria y las ventajas particulares de cada pueblo y ciudades. Los profesionales digitales pueden tener interés en una región o una provincia, pero necesitan conocerlas, descubrir qué pueblos y localizaciones concretas se adaptan a sus deseos.
Ciertas personas buscan un ambiente urbano, una ciudad. Otras prefieren un pueblo pequeño. Algunos desean vivir cerca del mar, o quizá en la montaña. Los destinos tienen que ayudar a los profesionales digitales a encontrar, tanto el lugar concreto, como el tipo de vivienda que buscan. Por tanto, es necesario desarrollar programas que favorezcan el alquiler o la compra de viviendas para estos nuevos habitantes.
Muchas de las zonas potencialmente atractivas son comarcas que han perdido población, donde abundan las viviendas vacías que, de esta manera, encontrarían nuevos inquilinos o propietarios. El impacto económico para el sector inmobiliario es muy interesante, tanto en las ventas como en el asesoramiento para nómadas y profesionales digitales.
Se trata finalmente de servicios públicos que pueden ser útiles para todos los ciudadanos, viabilizando el alquiler/venta de viviendas desocupadas. El efecto catalizador de algunas familias de emprendedores digitales puede revitalizar el interés de otras personas por esos mismo pueblos, siendo estos programas inmobiliarios un factor positivo para toda la población. No olvidemos tampoco que el sector inmobiliario es un motor económico que genera consumo derivado con la construcción, muebles y electrodomésticos, jardinería, nuevas energías, transporte, servicios y mano de obra, etc…
Asesoramiento para encontrar alojamiento.
Los servicios de ayuda y asesoramiento inmobiliario posibilitan diversas acciones sociales y económicas positivas, como hemos visto. Además bien coordinadas y controladas pueden garantizar un cierto equilibrio de precios. En ese sentido, la creación de un marco regulador puede favorecer económicamente a las personas que se comprometen a residir en la zona un cierto numero de años. El hecho de que se regule y que sean instituciones públicas o concertadas las que coordinen el proceso también ofrecerá garantías tanto para propietarios compara inquilinos. Si los recién llegados pueden confiar en no ser engañados y los propietarios en cobrar sus alquileres, la dinámica de atractividad se verá reforzada. Junto a una actividad económica más estable. Un proceso win-win, basado en el trabajo y la confianza. Una vez más el coste económico es limitado.
Como en el resto de áreas, las políticas de atractivodad digital serán más sólidas cuanto mejor integradas estén. Es decir, en la medida en que se apliquen tanto a los profesionales que se quiere atraer, como a los ciudadanos que ya viven en el lugar. La clave es crear servicios públicos y/o privados, eficaces, rentables y útiles para todos.