Hemos comprendido qué es un profesional y un nómada digital, con sus diferencias y sus similitudes. Hemos entendido también las ventajas de atraerlos a nuestra comarca, ciudad, región o país. Ahora nos queda lo más importante cómo hacerlo.

La planificación de programas de atractividad para profesionales y nómadas digitales debe responder a las necesidades de éstos.  Softlanding y aftercare como conceptos básicos, pero que deben interpretarse de una manera más compleja y profunda. La competición por atraer a los mejores profesionales digitales va a ser cada vez más dura, por lo que las medidas deben adaptarse a ellos, ser productivas y durables en el tiempo.

Al mismo tiempo, las políticas de atracción deben integrarse y favorecer las iniciativas de desarrollo local. Los factores de atractividad tienen que ser también catalizadores del desarrollo digital y por extensión social y económico de la zona. No se pueden separar y, en la medida en que se complementen, darán solidez y apoyo al proyecto.

Análisis previo.

En primer lugar, hay que realizar un análisis previo del contexto y de los factores de atractividad del lugar donde se quiere hacer la inversión. A tener en cuenta varios elementos capitales:

Escala y tamaño.

No es lo mismo plantear una política de atractividad digital en un pueblo de mil habitantes que en una ciudad de cien mil, ni tampoco en una comarca rural o en una región o país, una ciudad. Hay que adaptarse al marco en el que queremos aplicar las medidas de atractividad.

Duración.

La planificación varia si se trata de un proyecto a corto, medio o largo plazo. Tanto los medios, como las políticas son muy distintas. Si se trata de atraer a nómadas digitales, hay que pensar más en el corto plazo. Sin embargo para que los profesionales se instalen, -y los nómadas se conviertan en profesionales digitales-, el medio y largo plazo son esenciales. 

Volumen de inversión y fuentes de financiación.

Dependiendo del capital y de las fuentes de financiación se pueden planificar diferentes tipos y estrategias de atractividad. El análisis de la situación previa también nos permitirá conocer la cuantía de la inversión.

Una lugar puede ser muy atractivo si se consigue potenciar sus cualidades previas, de lo contrario puede quedar a la sombra de otros finalmente menos interesantes.

Factores, políticas, medidas pasivas.

El análisis de la situación digital y emprendedora de cada destino muestra con que factores pasivos se cuenta. Los políticas o medidas de atractividad pasiva son aquellos factores, a priori, que se pueden utilizar desde el comienzo de los programas.

Se trata de factores y medidas que ya existen y que ya atraen a los profesionales digitales. Pongamos sólo unos ejemplos: un clima benigno; seguridad y calidad de vida; internet de alta velocidad; sistema de derecho y sanidad pública.

La mayoría de estos factores pasivos necesitan una gran inversión de tiempo y dinero o son imponderables como el clima y la democracia. Sin embargo, no son los más determinantes, ya que suelen existir en la mayoría de los países que compiten por atraer a los profesionales digitales. Son factores muy interesantes pero que, por sí solos, no garantizan una atractividad digital sólida y continua.

Factores, políticas, medidas activas.

Si ha llegado hasta aquí, ha llegado a la clave. Las medidas activas de atractividad son las determinantes para atraer y convencer a los profesionales digitales. Medidas y políticas que responden a las necesidades reales de los profesionales digitales. Volviendo a la terminología de moda, si queremos que un programa de softlanding y aftercare sea realmente más que palabras, estos deben basarse en medidas de atractividad proactivas.

Políticas que además sirven para la población local y que no necesitan de una inversión cuantiosa. Además estas medidas puede convencer y fijar rápidamente a profesionales y nómadas digitales que trabajan en múltiples áreas económicas. Esos profesionales serán ejemplo y catalizadora del emprendimiento y el capital humano local.

Les damos unos pocos ejemplos: Asesoría fiscal y burocrática; servicios de apoyo para el alojamiento, para las familias; facilidades logísticas…

Planificación concreta de las políticas y medidas de atractividad.

Una vez realizado el análisis preliminar, -conociendo los recursos y el tiempo con los que se cuenta-, se puede organizar una política más eficaz. Organizar ese plan en base a unos objetivos realistas y que puedan mostrar su viabilidad a corto plazo es otra de las necesidades. Después, para aplicarlo hay que formar y utilizar el personal local. Todo ello sin dejar de integrar el conocimiento y experiencia de los propios profesionales digitales. Utilizando la ayuda de expertos en materias económicas, burocráticas y legales se conseguirá que esos planes de atractividad sean más productivos y duraderos. Y todo, con la garantía del aumento del consumo, gasto, de los impuestos y las inversiones en la zona donde se apliquen.