Marruecos se posiciona en la atracción de nómadas digitales

Iñigo Pedrueza
Marruecos se pone de moda entre los nómadas digitales y algunas empresas interesadas en deslocalizar servicios. En la foto, Essaouira, uno de los principales destino digitales del país.

El alza de los precios en todo el mundo está siendo un aliciente para la deslocalización de trabajadores digitales. Ciertos destinos intentan atraer a ese tipo de trabajadores y, con ellos, la inversión complementaria de algunas empresas. Por otro lado, muchos profesionales del ámbito digital y emprendedores que trabajan en remoto siguen buscando lugares donde asentarse o pasar una parte del año.

Marruecos es uno de los países que ha trabajado en ese proceso después de la Pandemia de COVID. Sin embargo, una vez más, este tipo de iniciativas adolecen de planes estructurados que puedan garantizar perennidad al proceso y, desgraciadamente, se centran únicamente en los nómadas digitales.

Ventajas de Marruecos.

Fez desde el mirador tumbas meriníes.

Marruecos posee algunas ventajas, siempre pensando en el contexto africano. Es el país del Magreb y de casi toda África, con mayor estabilidad política y económica. Su población crece y también, aunque lentamente, su mercado interno. Otros factores positivos son, un clima agradable; precios económicos; paisajes y gastronomía excelentes; buena calidad de vida para un expatriado y una relativa libertad de costumbres en algunas zonas.

Las comunicaciones son buenas desde las grandes ciudades, con buenas conexiones por tren de alta velocidad, avión y, por barco, con España. Los vuelos son baratos y frecuentes con toda Europa. Por último, sus horarios son compatibles con los de toda Europa occidental.

Casablanca es la capital económica. Una ciudad bastante abierta y culturalmente activa, y uno de los centros de atracción digital. Sin embargo, un proceso de gentrificación hace que los precios comiencen ya a asemejarse a los de España o Francia. Essaouira, Marrakech y Agadir, han atraído a muchos nómadas digitales. Marrakech, como Fez, son los principales destinos turísticos y sufren por ello.

Puerto de Casablanca, la ciudad más activa económicamente y que más nómadas digitales atrae.

En el último decenio, Essaouira, Casablanca, Marrakech y Agadir han recibido a decenas de miles de jubilados de Francia y otros países europeos que buscaban un lugar con un buen clima y bajos precios para pasar una buena parte del año. Fez, Tánger y, en menor medida Rabat, también han atraído a un cierto número de expatriados. Algunas empresas británicas, sobre todo del sector financiero o digital, han visto en Marruecos un posible destino para algunos de sus trabajadores.

La pandemia del COVID, y la posterior inestabilidad provocada por la invasión rusa de Ucrania, han favorecido el trabajo remoto y la búsqueda de lugares de residencia más baratos. Marruecos con unas infraestructuras y calidad de la mano de obra, relativamente altas, además de su dominio del francés, recoge la inversión en ciertos sectores como el de la atención telefónica de compañías francófonas. Al mismo tiempo, se ha ido convirtiendo en uno de los destinos populares entre los nómadas digitales, mayormente europeos

Los problemas de Marruecos.

Marrakesh, una ciudad que comienza a sufrir los problemas del turismo de masas: aumento de los precios, caída de la calidad y pérdida del carácter de la ciudad.

Decir que Marruecos es el país mas estable de la zona, no significa que sea estable totalmente, sobre todo, bajo los estándares europeos. El crecimiento de la población hace la mayor parte de ésta sea muy joven. Ello, sumado a un reparto de la riqueza muy desequilibrado provoca que Marruecos siga necesitando que una parte de sus habitantes emigren. La tensión social es intensa y, periódicamente, estalla en forma de protestas políticas.

Además, la tensión política con Argelia y, en menor medida con España, es recurrente, así como los problemas derivados de la ocupación del antiguo Sahara Español. Un sistema político que mezcla monarquía divina y democracia, el importante papel de la religión en el Estado y la vida pública, y la falta de derechos completos para la mujer, homosexuales/LGBT+, son frenos muy importantes para la completa modernización de Marruecos.

Finalmente, los precios han subido debido a la coyuntura internacional con un aumento de la demanda de alojamientos y servicios. El coste de la vida sigue siendo mucho más barato que en Madrid, Barcelona, París, Lisboa o Roma, pero ya se acerca a los de una capital de provincia en España, Portugal, Francia o Grecia.

Las ventajas pasivas sólo atraen nómadas, no nuevos ciudadanos.

¿Destino para profesionales digitales o sólo para nómadas?

No obstante, el principal problema de la atracción digital marroquí es su carácter coyuntural y, por lo tanto frágil, al basarse únicamente en los factores de atracción pasivos. Marruecos como tantos destinos mediterráneos compite con el mismo clima y calidad de vida. Es cierto, que ciertas zonas de Marruecos cuentan con precios de alojamiento y coste de la vida bastante más bajos que sus competidores.

Sin embargo, no estamos en la Unión Europea, la calidad del sistema sanitario y el educativo no es el europeo, la corrupción y la inseguridad mayores. Si el emprendedor o el trabajador digital es una mujer, una familia, o pertenece a un grupo que no se adecue a las normas culturales más habituales en Marruecos, es posible que el destino no sea tan interesante como otros en Europa…

La imagen idílica de los hoteles boutique debe complementarse con las dificultades para que un emprendedor se instalar definitivamente con su empresa, fuera de la Unión Europea.

La inversión de las empresas que buscan únicamente reducir costes nunca es una inversión a largo plazo. Todo ello unido, hace que Marruecos esté teniendo éxito para atraer a muchos jóvenes nómadas digitales, pero pocas personas se instalan definitivamente en el país. Este es uno de los aspectos en los que siempre insistimos, las campañas y programas de atracción digital deben centrarse en los futuros habitantes.

El trabajo a distancia es una realidad. No obstante, la clave es hacer que esos trabajadores en remoto, además de ser vectores de consumo e inversión, sean participes de cambios más profundos, catalicen el potencial emprendedor local y, sobre todo, paguen sus impuestos en el destino. Hay que atraer a profesionales y emprendedores pero, convenciéndoles de que se instalen con sus empresas, familias y proyectos en el destino. De esa manera, se convierten en ciudadanos, se implican plena y permanentemente en el lugar y colaboran con sus impuestos.

La falta de politicas activas.

Puerta en Marrakech.

Para conseguir ese objetivo, hay que convencer definitivamente a los emprendedores y trabajadores digitales. Por ello, es siempre esencial contar con planes de atracción activa, que, ciertamente, se apoyan en esos aspectos a priori, pasivos, como son el clima, la estabilidad política, los servicios sociales, la seguridad. Las políticas activas de atractividad tienen que ir más allá, hacer que el trabajador digital y el emprendedor que visita el destino pueda imaginarse viviendo allí. Y acto seguido, ser capaces de facilitar toda la instalación.

El turismo es un elemento clave para atraer, primero al viajero, convenciéndole después de que se instale fácilmente con planes de soft landing eficaces y adaptados a este sector.

La opción Europea.

Residir en zona euro tiene muchas ventajas a nivel fiscal y financiero.

España, Portugal, Croacia, Grecia, ciertas zonas de Israel como Tel-Aviv, poseen las misma características que Marruecos con innegables ventajas. Los destinos de la Unión Europeas son sin duda los más atractivos a poco que se creen verdaderos planes de atracción activa.

En Portugal, Madeira, las islas Azores, el Algarve o el Alentejo son regiones tremendamente atractivas y muchas, con las mismas ventajas de Marruecos, pero dentro de la Unión Europea. En España, Andalucía, las Islas Canarias, pero también Extremadura y otras zonas poseen ese mismo nivel de atracción. En el caso de los nómadas, la Unión Europea garantiza los mismos derechos a todos los ciudadanos de los 27 países, a nivel sanitario por ejemplo. Además, no es necesario, como en Marruecos renovar el visado cada 90 días. Un visado de turista, que en principio no causa problemas aunque bajaremos a distancia, pero que legalmente no es el apropiado, sobre todo, si acabamos residiendo en Marruecos durante más tiempo.

Por lo tanto, la opción de la UE es mucho más interesante ya que garantiza aspectos esenciales. España, Portugal, Grecia, Croacia, Eslovenia…, son destinos digitales con similares atractivos pasivos a los de Marruecos y muchos más importantísimos.

  • Una sanidad de calidad, gratuita al 100%, en España, por ejemplo.
  • Un sistema educativo progresista y moderno, gratuito también.
  • Todos los derechos legales, financieros e incluso electorales para cualquier ciudadano de la Unión Europea.
  • Por último, residir en un país de la zona Euro facilita las cuestiones financieras y fiscales, teniendo en cuenta que la mayor parte del negocio de los profesionales digitales, se hace dentro de la Unión Europea.

El único aspecto en el que Marruecos puede competir es en el precio. Pero los precios también están subiendo allí. Hoy, ya son similares a los de decenas de pueblos del interior de Andalucía, Extremadura, Algarve, Grecia o en las Islas Canarias, Azores o Madeira.

Un ejemplo dentro de la UE, la comarca de la Subbética en el interior de Andalucía.

El elemento diferencial para posicionarse como destino digital con atracción estructural estará, en la promoción activa. Serán las ventajas que las políticas públicas, a nivel estatal, autonómico y municipal, otorguen a este perfil de trabajador digital y se apliquen a las personas que den el paso, las que provoquen procesos profundos y eficaces. Una equilibrada mezcla de promoción segmentada y de incentivos, puede garantizar un gran retorno socioeconómico con muy poca inversión.

La Unión Europea es aún mucho más atractiva para el tipo de emprendedor que es interesante atraer, que otros destinos como Tailandia, Bali, o este caso Marruecos. El objetivo no son los nómadas digitales, son los futuros ciudadanos que se asientan definitivamente en el destino.

Para los nómadas digitales, para ellos sí, tanto Marruecos, como Tailandia, Singapur o Bali pueden ser buenos destinos.

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